Hoy en día es una buena costumbre el cantar las óperas en el idioma original en la que fueron escritas. Pero antiguamente las óperas francesas, sobre todo en Italia, se cantaban en italiano. Así pasaba con Fausto, Les pêcheurs de perles, Manon y, cómo no, con el Werther, del que ahora nos ocupamos.
Existen versiones bellísimas de "Ah, non mi ridestar" de Schipa, Gigli, Tagliavini y del mismo Kraus, que la debutó en Piacenza cantándola en italiano.
Yo la he grabado en ambos idiomas y creo que la versión italiana es más idílica; y la francesa, más íntima. Ahora bien, está el gusto del oyente, que es quien debe juzgar.
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