Blog del tenor ENRIQUE PAZ ESCUDERO

15 de marzo de 2011

Nino Piccaluga, un tenor más...


En el año 1973, estando en Milán, me acerqué a conocer la "Casa di Riposo" (Casa di Riposo per Musicisti Giuseppe Verdi), mandada construir por Giuseppe Verdi para alojar a músicos que no reuniesen las condiciones necesarias para poder pasar dignamente sus últimos años.

En aquel edificio, hay un pequeño mausoleo donde reposan los restos mortales de Giuseppe Verdi y Giuseppina Strepponi, su segunda mujer. Después de visitar ambas sepulturas y rezar una oración, pregunté a una persona encargada de las personas alojadas en Casa di Riposo si en aquel momento había algún cantante que se encontrase viviendo en dicha institución.

Me respondió que el único cantante que residía allí era un viejo tenor llamado Nino Piccaluga, que había cantado mucho en la Scala, con Toscanini, pero que se encontraba bastante enfermo. Le rogué si podía hacerle una breve visita, y me autorizaron a pasar un momento. En una pequeña habitación me encontré a un anciano, con una sonda en el brazo y varios aparatos médicos a los que pemanecía conectado. Me presenté a él y le dije que era un estudiante de canto español. Y entonces se le iluminó la cara y me dijo en italiano: "Ah, Spagna!! Io ricordo ancora al mio caro amico Michellino Fleta, meraviglioso cantante, ed anche Hipólito Lázaro, bravissimo!!".

Quedé con él en volverlo a visitar al cabo de unos días pero, cuando fui de nuevo, me comunicaron que había fallecido. Era Nino Piccaluga un extraordinario tenor de amplias facultades y, junto a Pertile, especialista en la Manon Lescaut; ambos muy del agrado de Puccini.

Digo, que Piccaluga en aquella época era un tenor de segundo orden, ya que la Scala era frecuentada por el anteriormente citado Pertile; por Lauri-Volpi, Merli, Zenatello... y una larga lista de nombres ilustres, con lo cual, los que cantaban las segundas funciones, en teoría, eran cantantes de segundo orden.


Nino Piccaluga - O paradiso








Hoy, Nino Piccaluga sería un primerísimo tenor a nivel mundial. Acompaño esta reseña de la extraordinaria voz de Nino Piccaluga, y vosotros juzgaréis.

4 comentarios:

Bitter Clevelander dijo...

Excelente blog. Estoy completamente de acuerdo, hoy en día Piccaluga tendría mucho más renombre. En su apogeo, tenía una voz impresionante.

Enrique dijo...

Efectivamente, Nino Piccaluga, era un tenor de voz poderósa, extensa y timbrada -quizá un poco nasal -pèro como comenté en mi reseña, hoy sería una primerísima figura. En su época -años 20- estaban quizá las más importantes voces tenoriles de la historia (Caruso, Fleta, Merli, Lázaro, Cortis, Pattiera, Lauri Volpi, Gigli .....), y sin embargo, el era habitual sobre todo en los grandes teatros italianos.
Mi recuerdo cariñoso para el "viejo tenor", al que pude conocer por unas horas.

Shed dijo...

Nino Piccaluga poseía una voz muy potente, y por ende su repertorio era, de alguna manera acotado, ya que si bien su técnica era excelente, con los años la voz tiende a ponerse más pesada. Si oímos su "Non pagliaccio non son", "Pazzo son guardate" " Di quella Pira", o el mismísimo Otello, veremos que Piccaluga no tenía modelo del cual componer sus roles, ya que no se parecía a ningún otro tenor, siendo sus interpretaciones, auténticas creaciones y posiblemente el público de su tiempo prefería más a los tenores con voces más microfónicas. Las décadas del ¨20 y del ¨30 vieron el éxito de una pléyade de tenores no sólo italianos, pero al parecer ello no favoreció a ciertos otros tenores que siendo de primer nivel, pasaron a un segundo orden: Antonio Melandri, entre ellos, Giusepe Tacanni, etc., que sin dudas hoy serían, como se dicho en este blog, primeras figuras.

Victor Rojas F. dijo...


Soy de Chile, donde después de la visita arrasadora de Piccaluga a Santiago y Valparaíso, se originó un dicho popular para denominar lo excelente: "Pichocaluga", aquello porque el apellido del cantante se alteraba así en la pronunciación popular, claro está. El dicho duró décadas y todavía se usa, aunque por la fracción mayor de la población. La figura alta y elegante, de este cantante, en 1920, representando I Pagliacci conquistó a todos. Un autor llamado Roberto Hernández afirmaba haberlo escuchado en un café donde, a instancias de la gente que presionaba, no tuvo más remedio que cantar: dijo que cantaría algo nuevo, que la gente de acá no hubiera escuchado, y a capela hizo Mattinata. Bueno, felicitaciones, que este artículo (habitualmente no se escriben cosas así) me ha conmovido