El Otello de Verdi fue la tercera ópera que tuve —en aquellos discos de vinilo—, cantada dicha versión por el gran Mario del Monaco, la extraordinaria Renata Tebaldi y el estupendo barítono Aldo Protti; todos ellos bajo la dirección de Herbert Von Karajan, al frente de la Orquesta Filarmónica de Viena.
La escuché tantas veces que finalmente me sabía los gemidos, sollozos y todas las expresiones de cada uno de los intérpretes. Para mí, sin duda alguna, Del Monaco fue el más grande Otello que yo he escuchado, por poderío de voz, pero sobre todo por su identificación con el personaje verdiano.
No es un rol apropiado para mi voz, pues no tengo la amplitud necesaria para cantarla en un teatro, pero al ser una grabación privada, la he hecho, sobre todo, por el placer de interpretar este personaje tan colosal y, al mismo tiempo, tan desgraciado.
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