En el año 1973 fui a Londres, ya que mi maestro,
Alfredo Kraus, debía cantar
Rigoletto en el Covent Garden y un concierto de
I puritani en el Royal Festival Hall.
En la primera, una preciosa producción de
Franco Zefirelli, el barítono era el inglés
Peter Glosopp. Y en el concierto, tenía por compañeros a la soprano
Vasso Papantoniou, el barítono
Ryan Edwards y el gran bajo
Nicola Ghiuselev.
Alfredo y su mujer se alojaban en un céntrico edificio de apartamentos próximo al teatro, y en ese mismo edificio tenían también su apartamento
Plácido Domingo y
Nicola Ghiaurov.
Ni qué decir tiene el interés mío en conocer a ambos... Con los dos pude contactar, y el primer día quedé con Ghiaurov. Hombre amabilísimo, estuvimos charlando durante un buen rato de ópera y, sabiendo por mí que Alfredo estaba cantando también en Londres, me dió el recado para Kraus de que, si quería, fuese al Covent Garden, donde el gran bajo cantaba el
Boris Godunov.
Yo, atendiendo el requerimiento de Ghiaurov, le di el recado a Kraus, y éste, sonriendo, me dijo: "Si vuelves a verlo, no le digas que estuviste conmigo, pues no tengo ninguna gana de ir a escuchar el
Boris". Como yo sí, asistí a la función (cantó maravillosamente), me hice cómplice de Alfredo y le dije que no se lo había podido decir. Y así quedo la cosa.
También Plácido Domingo me atendió muy bien cuando otro día lo fui a visitar a su apartamento. Él venía de cantar en Viena (no recuerdo qué ópera), y en el Covent Garden cantaba
La bohème. Cantó un estupendo Rodolfo (eso sí, bajada medio tono su aria), y también la puesta en escena fue extraordinaria. A los pocos días debía cantar el
Réquiem de
Verdi, pero tuvo que ser sustituido por
Veriano Luchetti, que lo defendió muy bien.
¡Cuánto pude disfrutar en Londres en aquellos días! Tuve ocasión de asistir a conciertos de
Sir Georg Solti,
Daniel Baremboin,
Lorin Maazel y, sobre todo, a un maravilloso concierto de
Boris Christoff cantando Mussorgsky.
Tiempos aquellos...